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TEMAMAXCUICUTL (LEYENDA DEL REY GIGANTE)
Sobre la
vasta región de San Juan de los Llanos, también conocida como Libres, Puebla,
que en otros tiempos se llamó Villa de los Libres, existe la leyenda de un
personaje al cual todos conocen como el rey Temamaxcuicuitl. En otra región más
apartada del estado de Puebla, en la comunidad de Tachuela, así como en la
comunidad de Tenagmitic allá en el municipio de San Francisco Ixtacamaxtitlán,
en estos tiempos en que nos hemos asomado al siglo XXI, aún permanece viva la
leyenda del guerrero Temamaxcuicuitl, quien a decir de los lugareños era un
gigante que de tres pasos llegaba a México, que cuando tenía hambre, de un paso
llegaba a Tatemo y con otro llegaba a Morelos
También se
dice que:.. “en Tlatlauqui tenía unos bancos arriba del cerro y cuando se quería
bañar se agachaba y con su mano agarraba el agua del río y se bañaba”.(2) Esto
no es todo, se cuenta además que Temamaxcuicuitl era un gigantesco hombre que
medía aproximadamente cinco metros de altura, quien a las cuatro de la mañana
se dirigía a la ciudad de Tenochtitlan llevando una enorme cantera en bruto que
pesaba aproximadamente trescientos kilogramos, la cual utilizaban para hacer
las pirámides…y que regresaba de Tenochtitlan aproximadamente a las diez de la
mañana…”(3)
En esta
región también llamada tierra grande existe la versión de que Temamaxcuicuitl
era un gigante que en cierta ocasión caminó a través de los cerros provenientes
del pueblo de Ixtacamaxtitlán, alzando sobre sus brazos una enorme campana la
cual tenía que ser colocada en el campanario de la iglesia de San Juan de los
Llanos. Se mantiene como una tradición viva que aquel gigante le puso nombre a
los pueblos que hoy existen entre Ixtacamaxtitlán y Libres, y para esto, cada
vez que sonaba la campana que cargaba, ponía nombre a un lugar.
Se ha
dicho que era tal el peso y volumen de dicha campana que cuando el gigante iba
pasando por el lugar conocido como “La Cañada”, se le doblaron las corvas y
cayó de rodillas sobre la tierra, por lo cual las huellas de sus rodillas
quedaron marcadas a profundidad debido al peso de la campana a la cual nunca
soltó y mantuvo siempre en alto. Nos dice también tan fascinante leyenda que
cuando llegó a Libres, el gigante con sus propias manos subió dicha campana
hasta la torre de la iglesia principal y que hoy con el paso de los siglos, esa
campana, junto con esta peculiar historia de gigantes, son una parte imborrable
de la identidad de los Líbrense.
Hoy la
tradición es empeñosa en decir que aún existen las huellas de aquel legendario
guerrero prehispánico y además gigante; pero también es importante destacar
quien fue en realidad el rey Temamaxcuicuitl.
Seguramente
muchos de nosotros hemos escuchado hablar de la ruta de Hernán Cortés, camino
hacia la ciudad de Tenochtitlan en aquel inolvidable mes de agosto de 1519.
Pues bien, Temamaxcuicuitl, fue un rey que vivió en Ixtacamaxtitlán y sobre
esto se nos dice con respecto al paso del conquistador: “ El sitio donde se
hallaba el pueblo, cuando Cortés estuvo en él, es un peñasco muy alto, cortado
por el lado sur, de suerte que hace respaldo y se llama cholada, que quiere
decir redondo, este peñasco tenía en su sima el palacio del señor del valle y
provincia, sujeto a Moctezuma; se conservan en el mismo sitio muchas piedras
labradas y algunos cimientos, que demuestran la grandeza de aquel palacio, cuyo
señor se llamaba Temamaxcuicuitl, esto es, piedra pintada” (4)
Asimismo,
se nos dice también que… en los años anteriores a la conquista, Ixtacamaxtitlán
era un señorío Otomí gobernado por un guerrero llamado Temamaxcuicuilt. (5)
Como era muy grande su territorio, Temamaxcuicuitl lo tenía dividido entre sus
hermanos. Este comprendía los actuales municipios de: Ixtacamaxtitlán, Cautela,
Ecatepec, San Juan de los Llanos, Santa María (La cañada) y La Noria. (6)
Pero volviendo
a lo de La Conquista, existen documentos donde consta que el rey y señor
Temamaxcuicuitl, asociado de los cuatro reyes tlaxcaltecas y todos sus
vasallos, no solo abrazaron gustosos la fe, sino que le dieron todos los
auxilios al conquistador para lograr “su heroica empresa”.
De acuerdo
a un documento presentado ante la Real Audiencia el 16 de junio de 1783, por un
grupo de naturales de San Francisco Ixtacamaxtitlán, sobre un asunto de
deslinde de tierras, al traducirse una serie de documentos escritos en la lengua
mexicana se planteo que:
1) El 31
de marzo de 1530 comparecieron ante el Monarca Dn. Carlos V, en la ciudad de
Madrid los señores tlaxcaltecas Maxicasi, Tlahuitselosi, Ystlalixpocatsi y
Francisco Temamaxcuicutl ( primo del rey Xicotencatl), para informar sobre la
lealtad con que estos reyes anduvieron en la conquista con el Capitán Dm.
Fernando Cortés de Monroy, y para solicitar se les conceda un territorio para
sus personas y para sus descendientes, con capacidad para darlas en herencia y para
que se fundasen otros pueblos. Carlos V les otorgó estas peticiones, anexando
las cédulas, mapas y armas para defensa suya.
2) “El rey
Carlos V, en la cédula que otorgó el 13 de junio de 1530, reconoce toda la
ayuda que otorgó Temamaxcuicuitl y los señores tlaxcaltecas al Capitán Don
Fernando de Cortés Monroy y a los primeros evangelizadores franciscanos…”
3) El 4 de
noviembre de 1532 es presentada y aprobada en la ciudad de México, la Cédula
que otorga a Francisco Temamaxcuicuitl y demás señores de su pueblo lo pedido
en la ciudad de Madrid. (7)
Con todo y
esto existen opiniones encontradas y no es para menos, puesto que nuestro rey
es y será una autentica leyenda poblana, y que clase de leyenda… amén de que si
su visita a Madrid, España, fue un acto de exhibición para que los reyes y el
mundo se maravillaran o burlaran de su apariencia y de su vestimenta, lo cierto
es que con toda su realidad y fantasía, el rey Temamaxcuicuitl seguirá dando de
qué hablar entre los estudiosos y la gente sencilla del campo.
Es
probable que un personaje con estas características, quien no solo colaboró con
los evangelizadores sino que hasta fue capaz de “cargar una campana desde un
sitio recóndito” como dicen algunas personas, por el hecho haber trascendido a
su tiempo pueda ser considerado un gigante, si, un gigante que de tres pasos
llegaba a México y, bueno, no resulta del todo fantasioso imaginar que, de dos
o tres pasos haya cruzado el mar para buscar una audiencia con el monarca
Carlos V de España y I de Alemania, y estos serían pasos más pasos menos, los
que empleo en subir y bajar de un barco.

tipo de letras

ooh esta super
ResponderEliminarsiii
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